J'accuse y la muerte al autor...

Roman Polanski ya es prácticamente persona no-grata. Su nombre lleva consigo la polémica hasta sus crímenes sexuales (algunos no procesados legalmente). 



Este año (2020) fue premiado en los premios César en Francia, mientras una horda rechazaba la decisión de la Academia Francesa, por su último largometraje titulado "J'accuse" (el acusado y el espía, 2019). 

Dicho evento volvió a traer el tan popular debate si debemos separar al hombre de la obra o no. Los argumentos en contra son numerosos, en principio consumir y admirar una obra por un autor cuestionable es aplaudirle sus actos criminales. Darle el premio a Polanski es premiar la pedofilia, según los detractores de la separación.

Mi perspectiva premia la libertad, es decir, si alguien quiere consumir, mirar, leer algo hecho por un autor repudiado puede hacerlo. Ignorar que están creando cosas interesantes a analizar nos limita a una sola visión. Por ejemplo, no podemos separar a Polanski de J'accuse, y al analizarla debemos traer a colación su situación, que resulta un poco demasiado parecido con la situación de la película: alguien inocente es culpado injustamente.

Algunos le criticaron la selección de la historia, él no es como Dreyfus, su caso si es que tiene similitud, es muy vaga y bastante superficial, es innegable reconocer a Polanski como un abusador de una menor. Quizás en lo único que se parecen es en ser vilipendiados. 

Paralelamente, esta cinta defiende la libertad de expresión, el clímax de la historia es cuando Émile Zola publica su editorial, que viene siendo el centro de donde se basó Polanski. Mismamente, es contradictoria su visión, las personas que lo acusan están en su derecho, él lo acepta en su película. Como han leído hasta aquí, negar que Roman Polanski es el autor de J'accuse es negar un análisis profundo de la obra. Ahora el debate no es separar o no, sino hasta que punto apreciar una obra por alguien despreciable es borrarle sus crímenes.

Ese debate tiene otras cuestiones, será qué queremos borrar el hecho que para ser artista tienes que tener una desconexión con lo moralmente correcto. Igualmente, ¿el artista no merece un castigo? Lo mismo podríamos preguntar de deportistas, políticos, celebridades que no pisarán nunca la cárcel a pesar de sus acciones injustas. La diferencia reside que el tener una obra de alguien sumamente amoral podemos entender mejor la mentalidad de estas personas. Se nos sirve en un balde de oro su pensamiento. 

No puedo terminar esta entrada sin hablar de la buena realización que hay detrás de la película, es una interesante retrospectiva de lo que vivimos constantemente en las redes sociales. Me impresiona la capacidad de Polanski para hacer películas, para utilizar su obra y explicar nuestra realidad. 

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