A veces, el cine no pretende contarte una historia.     Los fuegos en Galicia son un tema delicado. Curiosamente fue una llama ardiente lo que invitaba a Laxe a filmarlos. Lo que arde (O que arde) es una película lenta que espera que la contemples y le des tu propio significado. La primicia es sobre un ex prisionero acusado de incendiar toda una montaña del valle de Lugo, mismo que regresaba a casa con su madre y sus animales.  El resto no nos lo sopla Laxe, no pretende responder preguntas, tu mismo debes encontrarte o crearle un significado personal.     Comienza la cinta con un tractor derribando árboles, hasta que se encuentra con uno que parece dejarles anonadados, se nos revela que la historia es sobre raíces, lo fuertes que llegan a ser y un sin fin de alegorías de ellas. En seguida, empezamos a seguir a Amador en su retorno, una situación incómoda teniendo en cuenta que todo el pueblo lo considera un pirómano. Igualmente, vemos la soledad que eso trajo consigo

La efervescencia del feminismo contemporáneo ha hecho visible la invisibilización de la mujer en los medios. Especialmente en el mundo del cine, el cual es referido como un club de Toby donde las realizadoras no están invitadas. Donde el papel de la mujer se reduce a un simple objeto para la utilización y la mirada del hombre. La invisibilidad de la figura feminina en la dirección no se puede cuestionar cuando Alice Guy Blanché ha sido borrada de la historia del cine. Fue ella a quien se le atribuye la narrativa en el cine, mientras George Mèliés es coronado como el padre del cine de ficción. También es cierto que con los dedos de una mano que  se pueden numerar a las cineastas reconocidas (incluso las nominadas a la categoría de mejor dirección de los Óscars).  Lo más increíble es cómo tenemos tan interiorizados a los grandes directores que a modo de inercia asociamos las películas clásicas y de culto sólo a ellos, o que se nos complique imaginar a una mujer detrás de la