Beau is afraid: la madre castradora

SPOILERS....

Cuando salí de ver Beau is afraid no pude evitar preguntarme: ¿Ari Aster está bien?

Desde Hereditary hasta Midsommar podemos notar un tema recurrente el cine de Ari Aster: las relaciones disfuncionales, sobre todo en la familia. Si bien esto es más evidente en Hereditary que en Midsommar, las primeras escenas de su penúltima película apuntaban a ello por el suicidio colectivo de la familia de Dany. No obstante, en Beau is afraid, Aster consiguió el galardón a la familia más disfuncional de su filmografía.

Beau tiene miedo

Beau is afraid es predecible y directa, aunque parezca un mal viaje de peyote. Desde la primera escena nos avisa que se trata de un hijo que quiere huir de la dominación materna, pero le resulta una tarea imposible. Después, en la escena con el terapeuta vemos la primera alerta de que fue educado para tener miedo: está excesivamente preocupado por las consecuencias de ingerir un enguaje bucal, y el terapeuta casi lo obliga a confesar que desea la muerte a su madre.

Estas primeras escenas nos muestran que Beau no es un narrador fiable. Las calles excesivamente peligrosas parecen ser un reflejo de su percepción del mundo y paranoia. Además, los vecinos le exigen que le baje al volumen cuando parece que él no tiene ningún dispositivo de ruido encendido. Por esto, los primeros minutos son una representación excelente de la ansiedad que el protagonista sufre, a la vez que queremos saber si podemos confiar en Beau. 

La madre castradora

Mona es la madre castradora* de Beau, el cual es el tema central de la película (me pregunto de nuevo ¿está bien, Ari Aster?).  Esta figura se refiere a la madre controladora, dominante y represiva, es decir, una madre que impide la autonomía de su hijo, resultando en su castración simbólica.

En Beau is afraid no hay duda de que Ari Aster retoma esta figura (una muy misógina, si se me permite añadir) de manera muy evidente, ya que la castración pareciera el núcleo de la vida del protagonista. Cuando Beau pregunta sobre su padre, ella le indica que él murió cuando lo concibieron, creándole una fobia al sexo, o sea castrándolo simbólicamente.

Esta castración es reflejo del miedo  de ser reemplazada por la mujer joven y más bella que ella. En el fondo, ella ya intuía que él buscaría una figura materna en otra, por esto, hay extraños guiños al complejo de Edipo (otro check a la misoginia): la escena de Mona en la cama con él, su aspecto siempre joven y atractivo.

Las otras mujeres en esta cinta sirven el propósito de otras figuras maternas, porque la castración de Beau implica el deseo por esas otras mujeres dominantes que le recuerden al yugo materno, las cuales no parecen conectar con él. Por otra parte, Beau también desea recuperar su virilidad, la que busca en una figura paterna inexistente, algo que refleja en la obra teatro.

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*En esta reflexión no pude evitar cuestionarme el uso de un término misógino, pero la realidad es que esta película me resulta bastante misógina, no obstante, luego empecé a reflexionar más y dije: pues tiene sentido que sea completamente misógina porque Beau tiene miedo a su madre y a las mujeres en general, de hecho desaparece a la figura materna de sus hijos en la obra de teatro. Shook de la profundidad.

Beau is guilty

El tema central es la madre castradora, pero el subtema es la culpa que implica poner límites en nuestros abusadores. Beau se siente culpable, como lo subraya su terapeuta. Durante toda la película quiere llegar a ver a su madre, aunque sabe que eso supone un daño irreparable en su salud mental.

Es por eso que al final de la cinta nos encontramos en un juicio, donde se representa el gaslighting de Mona hacia Beau. Para ejercer su control le hace sentir culpable de que no le da el amor suficiente, tergiversa todos los recuerdos de su hijo para que él quiera pedirle perdón y besarle los pies.

Me interesó este tratamiento a la culpabilidad, porque en teoría, suele ser un sentimiento femenino, aunque bueno, en un hombre que no es macho tampoco podríamos decir que es de gran subversión. Pero, a modo de pre conclusión, podemos notar que el trabajo psicológico detrás de estos personajes es muy detallado y adecuado, al menos en términos de personas que amamos la psicología, pero no somos psicólogas. 

Conclusión

Beau is afraid me aburrió, en definitiva no es la mejor del Ari Aster. Si bien es la película más ambiciosa del director, a mi me dejó bastante indiferente. Él suele darnos unos finales explosivos, y en esta no respondió la pregunta principal: ¿todo fue una pesadilla?, para mí, sí lo fue, pero en cualquier caso, fue una manera anticlimática de terminarla.

Eso sí, consigue mantener su sello, nos deja hilos para que tejamos el mensaje secreto. Aunque aquí los hilos estaban más claros que sus otras obras, pareciera que Ari Aster desconfiará de nuestra habilidad detectivesca para descifrar sus detalles bien colocados. Es también la película donde hay más telling que showing, y donde el aspecto paranormal de la cinta deja demasiado a desear (Sí es significativo el pene, pero de todos modos, fue desagradable).