SHIVA BABY y el luto a la expectativa.


Emma Seligmann hizo Shiva Baby, una película que celebra el luto de una fase de tu vida. Ella se centró en el qué pasará después de que me gradué de la universidad. Casualmente el cortometraje con el mismo nombre fue su tesis para recibirse como estudiante de cine. 

Viendo Shiva Baby notas esos toques autobiográficos, y cuando la empiezas a escuchar es más obvio. Por ello, Emma Seligmann consigue transportar perfectamente la ansiedad del futuro en una reunión familiar después de un funeral. Siendo su primer acierto la elección de dónde lo retratará, porque mientras es el momento donde todos tus familiares te acosan con preguntas sobre tu futuro, también es un momento de duelo de una pérdida. Danielle no sabía quién había muerto, y tampoco estaba preparada para lo que se encontraría ahí. Porque ella misma va haciendo duelo de las expectativas que tienen sus papás en ella y toda su familia. 

Danielle logra aceptar que no sabe lo que quiere, pero al mismo tiempo sabe que encontrará las respuestas y ahora mismo, puede sentirse apoyada de su mamá que a pesar de mostrarse como estricta, está dispuesta a ayudar a su hija a encontrar su camino, y no pasa nada si los demás la critican por ello.

Es ahí donde la opera prima de Emma Seligmann falla para mí. Su farsa la centra en dos aspectos principales, el golpe de realidad de su vida oculta (ser sugar baby, de ahí el baby del título) y por otra parte sus dos decepciones amorosas. Pues se nos presenta con la bisexualidad de Danielle. 

Shiva baby entre más analices puede ser leída como una gran obra, ya que se nota que Emma Seligmann está experimentando y buscando su propio lenguaje. Ella no tiene miedo a mostrar la vulnerabilidad de una mujer, catapultando a Shiva Baby en uno de los grandes ejemplos de la posibilidad de la mirada femenina. Sin embargo también puede quedar fría al tratar de contar muchas cosas y no centrarse en algo. 

Personalmente me supo fría, casi quirúrgica. No diré que es mala, pero me dejó sin más. Puedo honestamente ver todos sus grandes atributos y porque muchos quedaron embelesados con ella. No obstante me quedó mucho a deber, quizás es ahí donde lo que mata a esta película es la expectativa, no la consigue superar. Por tanto, Shiva Baby es grandísima pero no supera lo que podemos esperar de ella después de tanto esperarla o pensarla como la gran obra maestra. Porque no es una obra maestra, es simplemente la promesa de una gran realizadora que apenas viene llegando.


La mirada femenina es posible.



Shiva baby no es la primera película que demuestra que hacer filmes desde otro lente es posible. No obstante me parece que es un buen ejemplo para predicar sobre la mirada femenina. Porque este ejemplo habla de sexualidad sin centrarse en los puntos erógenos de la mujer (pechos y partes bajas) sino se centra en el inconsciente, en la cabeza. 

Incluso la mayor parte de la película tenemos un primer plano de la cara de Danielle, donde casi sentimos lo que está sintiendo ella. Nos mete Emma Seligmann a su mundo interior, logrando que nos identifiquemos con ella, porque quién está seguro de lo que hará toda su vida. Es un tema universal e incluso un hombre puede decir, wow yo también he pasado por eso.

Otra de las cosas que hacen evidente su perspectiva distinta, es el retrato que se hace de las expectativas inalcanzables que las mujeres tenemos que cumplir. Quizás sin querer ese es el tema principal de la película.

Shiva Baby es una farsa muy realista.

La farsa se caracteriza por satirizar los comportamientos humanos más ridículos. Por eso podemos calificar a Shiva Baby de esto, ya que en la cultura judía, de acuerdo a Emma Seligmann, suelen tener un humor sórdido y una relación interesante con la muerte. Parte de esto fue la elección del Shiva para su cinta, porque es un momento donde están sintiendo el duelo de la muerte, pero al mismo tiempo están haciendo chistes y chismeando, restándole el dolor a la muerte.

No obstante, Emma Seligmann también apunta a una historia muy realista, parte de los temas tocados son muy cercanos a ella. Pues ella es judía, y bisexual.  De modo que ella buscaba el realismo en su película, y es algo que ella consigue perfectamente. En ningún momento se sentían como caricaturas sus personajes, porque consiguió usar los estereotipos de una manera muy eficaz y brillante para hacernos reír.

Danielle es una mujer bisexual de carne y hueso, no se siente una caricatura. Ella ve el mundo a través de lentes feministas, pero juzga a su oponente. La ve como competencia y trata de minimizar sus logros. Es una sugar baby, aunque realmente no ahonda en lo que significa serlo, y el por qué lo hace, de ahí que me pareciera superficial. Emma Seligmann se centró mucho más en la experiencia del no saber qué hacer con tu vida, por eso eso lo consigue perfectamente.

Su cercanía con la realidad es lo que hace a Shiva Baby una gran comedia coming of age, y es muchas de las cosas que la directora quería lograr. Por ello es una gran película, pero por otros detalles que Emma Seligmann también atribuye en sus entrevistas puede quedar floja. De todos modos es una buena opción para disfrutar si estás en ánimo de ver algo más lento que las habituales comedias románticas de Hollywood.



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